El día 22 de
Noviembre volvimos a la residencia 3ª edad SAVIA, pero esta vez cargados de emoción
y energía, porque íbamos a realizar postales
navideñas con nuestros tutorados-residentes.
Cada
estudiante de B.I se emparejó con su residente, asignado
anteriormente en la primera visita y debían entre los dos, crear la postal más
bonita y creativa para ganar el concurso a la mejor postal.
Al llegar a nuestra mesa comenzamos a dibujar con Juan y al rato, se
unieron dos señoras las cuales nos ayudaron a hacer el mejor dibujo posible.
Estuvimos, a la vez, pintando y estableciendo sustanciosas conversaciones donde nos
contaban relatos sobre su vida, hijos y alguna que otra broma.
Estábamos
muy motivados e ilusionados, el objetivo no era ganar sino pasar un buen
momento con tu tutorado y conversar con él mientras cortabas o pegabas cosas
para la postal. Cuando menos
nos lo esperábamos se nos acabó el tiempo para dibujar y ahora tocaba llevar
nuestros dibujos al concurso. Entre nervios e ilusiones el tiempo pasaba
bastante despacio pero, de repente, anunciaron los resultados…
Nosotros habíamos desarrollado unas postales
geniales con muchos colores y dibujos, y fuimos incluidos entre las tres parejas
ganadoras, pues se hizo una votación secreta por parte de todos. Al final, fueron felicitadas con un fortísimo aplauso las tres postales ganadoras.
.
A pesar de la desilusión por no
haber ganado el concurso, y ante el júbilo por el resultado de los ganadores, antes de volver camino del colegio, nuestra reflexión fue la siguiente:
- Estás personas, en su día a día, les cuesta hacer cualquier actividad, porque por su edad, con sus condiciones físicas y cognitivas, muchas veces, como así nos lo explica la psicóloga, no tienen ganas de intentarlo. Pero, sólamente con que alguien del personal de la residencia, han venido los chicos y chicas del Plantío, parece que se les activen todos los mecanismos y resortes y empiezan a parecer por la sala de trabajo con una sonrisa y con unas ganas tremendas de hablar y trabajar codo con codo con nosotros.
Qué hay de malo en todo esto, pues que nosotros sólo podemos pasar junto a ellos 2 horas cada mes.
Qué hay de bueno en todo esto, que esas dos horas son para ellos, posiblemente, parte de lo mejor que les puede pasar durante ese mes.
Y ¿para nosotros? pues una experiencia más y una reflexión más sobre cómo la vida de cualquier persona puede cambiar con tan sólo 120 minutos al mes.
Por Alejandro Rueda Martínez y Miguel Martínez Álvaro
Alumnos de CAS B.I. El Plantío ISV
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