Hace
aproximadamente dos meses, hicimos una nueva visita a la residencia
Savia para la tercera edad. Sin duda alguna, entre todas las visitas
que hemos realizado, esa ha sido la mejor para mí, la más
gratificante.
Normalmente,
con los residentes solemos jugar al bingo, al parchís, etc. Ese día,
fue un tanto especial porque nos dedicamos a cocinar, a realizar unas
mini empanadillas muy sencillas y deliciosas. Durante ese día, cada
uno de mis compañeros y yo nos situamos con un residente. La
actividad, consistía en poner sobre la masa tortilla, salchichas,
tomate, etc. Aunque parezca muy simple, todo eso a mí me llenó
muchísimo personalmente por el hecho de que veías reflejado en sus
caras lo mucho que estaban disfrutando.
Ya
no se trata solo de esta actividad, sino que en cualquier otra ellos
han sido capaces de hacerme ver la vida de otra forma, a valorar
mucho más las cosas. Es muy gratificante ver la rapidez con la que
te acogen y te hacen sentir como en casa. En mi caso, con la mujer
con la que estuve ese día, no paraba de decirme lo mucho que le
recordaba a su nieta y lo guapa que era, me hizo sentir muy bien. No
paraba de contarme historias de cuando era joven, me recordó mucho a
mi abuela, incluso me cogía la mano y todo sin apenas conocerme. Fue
increíble.
Realizar
actividades como esta, me ha hecho cambiar mi mentalidad por completo
en cuanto a lo que es la residencia, mi imagen era una mucho más
negativa. Ver a los residentes realizar esta actividad, me hizo muy
feliz. Como en la residencia ellos no son capaces de cocinar,
realizar ese mini aperitivo a mi residente en concreto le recordaba
cuando le tocaba cocinar para toda su familia. También fue curioso
ver cómo otras y otros residentes llegaban a comerse crudo alguno de
los ingredientes. Me hicieron pasar un buen rato, la verdad.
Me
resultan muy gratificantes las visitas a la residencia por el hecho
de que, por ejemplo, mi residente en muchas ocasiones prefería
dejarme a mí realizar esa actividad y verme hacerlo porque le
llenaba de entusiasmo. También era muy grande el número de
residentes los cuales no querían realizar la actividad y fue
increíble para mí ver como gracias a la insistencia mía y de mis
compañeros y compañeras se ponían a realizarla, incluso les veías
disfrutar cuando estaban seguros de que por nada del mundo iba a
realizar esa actividad.
Visitar
la residencia me ha hecho crecer mucho como persona y darme cuenta de
cosas como que, la vida pasa muy rápido, y hay que disfrutarla!! O
al menos eso me dijo mi residente. Si por mi fuese, las visitas a la
residencia no se dejarían de realizar nunca porque me ha demostrado
que CAS no es una asignatura, sino que nos hace crecer como personas
y hacer cosas por los demás. Esto no se aprende en ninguna
asignatura.
Por Paula Andrés Tarín,
Yr. 12M
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