Hola, el pasado 26 de enero de 2018 fuimos por cuarta vez a la residencia SAVIA. Esta vez nos tenían preparada una muy grata sorpresa. Se trataba de ayudar a nuestros tutorados-residentes a moldear y decorar mazapán.
Posteriormente fueron hornedas cada una de sus obras de arte y, al final, pudimos degustar todo el trabajo realizado durante más de una hora de colaboración.
Además, volvimos a disfrutar de nuestros jóvenes-mayores: escuchando de nuevo sus historias, sus vivencias en la residencia, sus chistes, sus pequeñas broncas, etc. Quisiéramos destacar lo imaginativos y lo competitivos que son . Se les despierta ese espíritu de hacerlo mejor que los demás. Esto es maravilloso.
Fue una jornada increible. Cada día que vamos durante esas dos escasas horas podemos apreciar las ganas que tienen de que volvamos de nuevo y lo ansiosos que se muestran muchos de ellos por nuestra visita.
llena de emociones, sorpresas y revelaciones
Estamos comprobando que todas las personas, conocidas o desconocidas necesitan cariño, compresión y atención.
Lo emocionante es cómo nos han aceptado en sus vidas, cómo quieren trabajar "codo con codo" con nosotros y cómo, cada vez más, nos cuentan cosas de su vida privada. Y todavía les queda mucho que contar y muy interesante.
CONTINUARÁ ..........
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